Antes de la
llegada de los pueblos colonizadores ya existían en la península otras
culturas. Eran pueblos que procedían de Europa central y oriental: los llamados
pueblos indoeuropeos.
Debemos destacar
a los celtas y a los íberos. En la zona que transcurre por el límite de ambas
culturas existieron una serie de pueblos que se han denominado cetíberos, con
características en común de los dos anteriores. Además, en el Valle del
Guadalquivir se desarrolló una importante cultura, más antigua que las
anteriores: Tartessos. De este pueblo se desconocen muchos aspectos, ya que
existen pocos yacimientos del mismo. No obstante, se han encontrado tesoros que
muestran que fue una cultura muy próspera y avanzada. En este mapa se ve su
área de influencia.
De los celtas
podemos decir que fueron un conjunto de pueblos que se extendieron por el norte
y el oeste peninsular. A los pueblos de similar cultura que se extendieron en
el Valle del Ebro, el Sistema Ibérico y la Meseta se les conoce con el nombre
de celtíberos. Aquí tenéis un mapa en el que se puede ver su localización.
Aparecen los principales yacimientos de poblados y, en mayúscula, el nombre de
los pueblos que habitaban en cada zona.
Los celtas tenían
una economía autosuficiente, es decir, subsistían de los productos que
cultivaban o de los animales que criaban. Principalmente se dedicaban a la
ganadería, la agricultura (cereales) y la artesanía, pero no solían comerciar,
ni entre ellos ni con otras culturas. Su sociedad estaba dividida en clanes
(eran como grandes familias) y tribus (varios clanes amigos o aliados) y había
una jerarquización, es decir unas personas tenían más poder que otras. Vivían
en poblados fortificados, rodeados de una muralla, que se llamaban castros. Las
cabañas de estos poblados eran circulares y solían tener una sola habitación.
Los celtas no tenían sistema de escritura propio, pero algunos aspectos
destacables de su cultura son que tenían necrópolis (cementerios) donde practicaban
la incineración, conocían el uso de la cerámica y también de la forja
(metalurgia) y de la orfebrería (fabricación de joyas)
Castro celta |
La cultura íbera
se extiende por toda la costa mediterránea de la Península Ibérica. Dentro de
su área de influencia se han encontrado numerosos restos de poblados y de
ciudades. Las principales, así como el nombre de los distintos pueblos íberos y
sus áreas de influencia los podéis ver en este mapa.
Al contrario que
los celtas, los íberos sí que practicaban el comercio entre ellos y con otros
pueblos. De hecho, tenían moneda propia. Otras actividades económicas de la
cultura fueron la agricultura (vid, olivo, cereales) la ganadería y la
artesanía. Tenían una sociedad aristocrática, en la que había grupos
dominantes, con más poder. Esto se observa en los restos arqueológicos, donde
había unas casas de mayor tamaño que otras. Los íberos eran un conjunto de
tribus con la misma cultura. Vivían en poblados amurallados que tenían edificios
públicos como silos (depósitos para el cereal), hornos, cisternas, almacenes…
Los íberos, al igual que los celtas, tenían necrópolis de incineración, pero
eran más avanzados en otros aspectos. Por ejemplo, tenían moneda propia y un
sistema de escritura del que todavía no conocemos el significado. Conocían la
cerámica y la orfebrería y se han encontrado muchas esculturas de la época
(damas y exvotos), como la Dama de Elche. En la comarca del Alto Palancia y en
la Sierra Calderona existen yacimientos íberos de importancia. En la comunidad
Valenciana destaca el yacimiento de la Bastida de les Alcusses en Moixent.
El Torrejón. Gátova. |
Puntal dels Llops. Olocau. |
Rochina. Sot de Ferrer |
Ahora, al igual que en la actividad anterior, debes rellenar una tabla como esta (en el cuaderno, o en un documento de word) y enviármela al correo electrónico.
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